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lunes, 14 de octubre de 2013

Las nubes de Azorín

Las nubes, artículo incluido en el libro Castilla de Azorín, viene a ser un nuevo final que propone este autor para la obra de Fernando de Rojas, La Celestina. En esta propuesta de Azorín encontramos un final totalmente distinto al escrito por Fernando de Rojas en su obra original.

Frente a las trágicas muertes de los protagonistas en la obra de Fernando de Rojas, Azorín escribe sobre un Calisto y Melibea casados, llevando una vida tranquila e incluso con una hija. Quién no haya leído la obra original y no conozca su final, Azorín puede llegar a hacer creer que el final que él cuenta es el mismo que el del otro autor: “Calisto y Melibea se casaron- como sabrá el lector, si ha leído La Celestina. Azorín pone en juego el intertexto del lector, pues aquel que la haya leído o la haya estudiado sabrá que los dos protagonistas mueren.

Esta obra, repleta de descripciones, se puede dividir en tres partes diferenciadas:

En la primera parte, Azorín hace una descripción detallada de la casa donde Calisto y Melibea viven felizmente casados con su hija Alisa.

En la segunda parte describe a Calisto, el cual reflexiona sobre el paso del tiempo,dando a entender que todo pasa y todo vuelve: Las nubes son —como el mar— siempre varias y siempre las mismas. Sentimos mirándolas cómo nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas —tan fugitivas— permanecen eternas.

En la tercera parte, vuelve a describir la casa y explica la situación en la que Alisa conoce a un joven de la misma forma en la que lo hicieron sus padres. Calisto al observar a su hija, recuerda la etapa en que conoce y conquista a Melibea.

Como podemos observar, el tema principal del escrito es el eterno retorno, esta vez representado por las nubes: “nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada” “ellas, tan fugitivas, permanecen eternas”. Azorín utiliza las nubes como un símbolo del paso del tiempo y va explicando la nueva historia a partir de la comparación con estas. Se trata, al igual que las nubes, de que todo, aunque cambien algunas cosas, en esencia sigue siendo lo mismo. La hija conoce a un muchacho de igual forma que sus padres, por tanto, se puede observar que la obra termina de forma cíclica; la historia se repite y es porque el mundo está lleno de ciclos.

Para terminar, me gustaría comentar que reescribir finales de historias es una propuesta interesante porque implica la comprensión de la historia y una propia interpretación de la misma, lo que favorece también estimular la imaginación de los alumnos.

Además, es muy recurrente la adaptación de obras literarias originales para hacerlas llegar mejor a los niños. Por ejemplo, en La Sirenita, pues en el cuento original la sirenita muere por no tener el amor del príncipe, mientras que en el clásico de Disney, la princesa logra casarse con el príncipe y derrotar a la bruja del mar. Algunas personas no son partidarias de realizar estas adaptaciones porque las consideran un atentado contra la obra original. Ahora bien, seguro que a casi todos nos ha pasado que estamos leyendo una historia que nos está encantando, pero cuando llegamos al final nos decepciona porque no era lo que esperábamos o no es de nuestro agrado. Por lo tanto, ¿por qué no inventar un final alternativo que responda a nuestras expectativas y nos guste? No debemos olvidar que unos de los fines de la lectura es utilizarla  como  fuente  de  placer…

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