Las nubes, Azorín

            Las nubes, es un artículo escrito por Azorín incluido en la obra Castilla. En éste, el autor toma como referencia la conocida obra de Fernando de Rojas, La Celestina, otorgándole un final alternativo. Azorín reelabora este final pasando de un enfoque trágico como es la muerte de los protagonistas Calisto y Melibea a una visión totalmente contraria en la que se refleja la preciosa vida de la que disfruta la pareja años después de casarse, acontecimiento que no ocurre en la obra original.

            Este nuevo enfoque está dividido en tres partes. La primera se basa en la descripción de sus vidas, en la felicidad de la pareja y en lo afortunados que se sienten por tener una preciosa casa y una hermosa hija cuyo nombre es Alisa.

            En la segunda parte, el autor se centra en la visión de Calisto que reflexiona sobre el paso del tiempo haciendo alusión a las nubes. De éstas, afirma que Las nubes son -como el mar- siempre varias y siempre las mismas. Sentimos mirándolas cómo nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas -tan fugitivas- permanecen eternas.

Además, continúa con esta idea utilizando frases como las siguientes, las cuales han llamado especialmente mi atención. 

«Vivir —escribe el poeta— es ver pasar». Sí; vivir es ver pasar: ver pasar allá en lo alto las nubes. Mejor diríamos: vivir es ver volver. Es ver volver todo un retorno perdurable, eterno; ver volver todo —angustias, alegrías, esperanzas—, como esas nubes que son siempre distintas y siempre las  mismas, como esas nubes fugaces e inmutables.

A través de éstas, pretende transmitir que todo lo que ocurre permanece en el tiempo y no se olvida. Este hecho lo compara con las nubes a las cuales se refiere como siempre distintas y siempre las mismas.

            En a tercera parte, el autor describe como Alisa vive una historia semejante a la que vivieron sus padres cuando se conocieron y se enamoraron. En este momento es cuando se hace presente la idea del eterno retorno.

            Como conclusión, pienso que esta nueva versión de la obra La Celestina es muy acertada, ya que se arriesga y cambia la visión trágica por una más optimista en la que es la felicidad lo que prima.